Desde que entré a mi universidad, las charlas que mis profesores nos contaban con tanta pasión acerca de las estrellas, los asteroides, de la formación de volcanes, y de lo frágil pero maravilloso que es nuestro planeta, algo me quedó claro: el amor con el que nuestros maestros nos comparten su conocimiento realmente se contagia y hace que veamos al mundo con nuevos ojos llenos de asombro.
Es por eso que actualmente imparto talleres de educación ambiental y divulgación científica a las infancias, jóvenes y adultos, pues deseo lograr transmitir lo sorprendente que es nuestro planeta y la vida que habita en él. Pienso que sólo al lograr que las personas vean con nuevos ojos el universo que les rodea y lo frágil que es el equilibrio del que dependemos para subsistir, las personas protegerán, preservarán y defenderán la vida.
Hoy agradezco y celebro a todas y todos los profesores que llegaron a mi vida para despertar la pasión por la vida, la ciencia y la sociedad, y los honro enseñándoles a más personas lo que me enseñaron a mí con la esperanza de que sus enseñanzas trasciendan más allá de nuestras vidas, pasando el conocimiento de generación en generación.
¡Feliz día del maestro!