Consumir alimentos de forma responsable se trata de contemplar todos los aspectos: el antes, durante y después de cada producto.
Particularmente en el ámbito de alimentos existe una meta que pretende hacia el 2030 reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita mundial, tanto en la venta al por menor, como con los consumidores, así como las pérdidas de alimentos en las cadenas de producción.
1.- AL MOMENTO DE LA COMPRA:
Una parte importante dentro de la alimentación, que no siempre tomamos en cuenta, sin embargo es de donde parte el consumo, es la compra de los alimentos.
Hay distintos puntos que debemos de considerar a la hora de hacer las compras para contribuir a tener un consumo responsable de alimentos. Procuremos adquirir productos procedentes del comercio justo que puedan garantizar equidad de género, salarios justos, condiciones de trabajo seguras y dignas, no utilización de mano de obra infantil y protección al medio ambiente dentro de su actividad.
Se recomienda apostar por productos frescos y de temporada, procedentes de agricultura y ganadería ecológicas que eliminan el uso de pesticidas; evitar los alimentos procesados y optar por productos cercanos al lugar de consumo, para promover el comercio local y reducir el aumento de contaminación por transportación.
Además es indispensable revisar el contenido descriptivo de todos los productos en general, como fecha de caducidad, ingredientes y certificados con los que cuenta. Para cuidar el medio ambiente, mientras menos empaques tenga el producto, menos residuos inorgánicos generarás.
2.- DURANTE EL CONSUMO:
La segunda pieza para lograr un consumo de alimentos responsable, es la forma. Una vez que contamos con productos de calidad, cuidadosos con el medio ambiente y promotores del desarrollo, es esencial comerlos responsablemente.
Procura que tus platillos sean ricos en nutrientes y contengan al menos un ingrediente de cada grupo; incluye frutas y verduras, cereales y leguminosas o alimentos de origen animal.
Limita la ingesta de grasas saturadas, colesterol, azúcar, sal y alcohol y aumenta los alimentos ricos en fibra.
La higiene y la conservación son fundamentales en la preparación de alimentos. Los productos que se consumirán crudos hay que lavarlos y cortarlos en superficies limpias; si se cocinará algo, hay que hacerlo bajo la temperatura y los cuidados necesarios.
3.- RESIDUOS DE ALIMENTOS:
Finalmente, lo que hacemos con los residuos después de haber utilizado los productos también es parte importante del consumo de alimentos responsable.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en todo el mundo; esto equivale a aproximadamente 1,300 millones de toneladas anuales.
Desde el momento de hacer tus compras te recomendamos pensar en los residuos y desperdicios que puedes generar, de forma que no compres en exceso, cocina lo justo y procura no desperdiciar comida.
Los residuos que generes debes de darles un tratamiento adecuado, separar la basura en orgánica, inorgánica reciclable y no reciclable. Recuerda no tirar el aceite al sistema de drenaje, ya que puedes contaminar millones de litros de agua.
Los residuos orgánicos puedes aprovecharlos para hacer composta y dar vida a tus plantas. Los materiales inorgánicos como envases de vidrio o de cartón, puedes darles un segundo uso y almacenar especias u objetos varios.
En Brotó, nos preocupamos por que todos los productos que ofrecemos, vengan de productores responsables y sustentables, es por eso que ofrecemos únicamente productos orgánicos de la más alta calidad y los llevamos directamente hasta al puerta de tu casa.