1. Adquirí frutas y verduras de estación.
Al no tener que trasladarlas desde grandes distancias, se reduce la emisión de Co2 y la huella de carbono. Además, los alimentos de temporada están en su momento óptimo de consumo y tienen mejor aroma, sabor y color.
2. Elegí productos con poco packaging.
Evitá adquirir bolsas y bandejas plásticas en la verdulería y priorizá los alimentos con poco envoltorio para generar menos basura.
3. Sumá más vegetales y legumbres a tu alimentación.
Incluir fuentes de proteína alternativas a la carne ayuda a reducir la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación.
4. Comprá productos orgánicos o agroecológicos.
Son más amigables con el medioambiente ya que se obtienen a través del uso responsable de los recursos naturales, sin utilizar fertilizantes, insecticidas ni pesticidas.
5. Reducí el consumo de ultraprocesados.
Además de contener exceso de grasas saturadas, azúcares y sal, la comida ultraprocesada tiene una huella hídrica mayor, contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y genera más basura que los alimentos frescos y naturales.
6. Comprá tus alimentos con conciencia.
Planificá estratégicamente tus comidas para aprovecharlas al máximo y evitar desperdicios. Congelá lo que te sobre para más adelante o utilzalo como ingrediente de otra comida.
7. Hacé uso de los alimentos desperdiciados.
Reciclá los restos de frutas y verduras, cáscaras de huevo, yerba y saquitos de té a través del compostaje para devolverle los nutrientes a la tierra.