Y si por algo se distinguen las zarzamoras es por ser literalmente una auténtica bomba de antioxidantes, de ahí su color negro azabache. La concentración en antioxidantes de la zarzamora es tal, que está casi a la altura de la frambuesa negra o la aronia, con la gran ventaja de que las zarzamoras tienen un sabor delicioso.
Gracias a esto el consumo regular de zarzamoras, nos aporta un sin fín de propiedades y beneficios a nuestra salud. Las zarzamoras tienen altas concentraciones en antioxidantes como las antocianinas y ácidos esenciales, así como minerales y vitaminas.
Los antioxidantes tienen un efecto protector y rejuvenecedor en nuestro cuerpo al eliminar los radicales libres, los cuales, están involucrados en muchas patologías y enfermedades. Las zarzamoras protegen nuestra salud cardiovascular, tienen propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas, antimutagénicas y previenen las enfermedades neurodegenerativas.
Y no solo el fruto es aprovechable, ya que los taninos de las hojas ayudan a combatir la diarrea y la disentería. Además las hojas de zarzamora se pueden combinar con hojas de salvia para ayudar con las dificultades digestivas y la hinchazón. Así que hacerse un té de hojas de zarzamora es más que recomendable.